¿COMO LLEGAR A CHUSCHI?

Existen dos alternativas…

ALTERNATIVA 1

La vía tradicional que hasta la fecha se mantiene en la categoría de “carretera afirmada”, parte desde Huamanga, la capital de Ayacucho y se dirige hacía el sur por la ruta Cusco, hasta el desvió en las alturas de Toccto, y se inicia el descenso con dirección a Los Morochucos, para luego rugir motores en la empinada cuesta hacia María Parado de Bellido (Pomabamba), a partir de allí se empieza a bordear innumerables faldas de cerros para llegar primero a la cabecera de Chacolla, famosa porque desde sus entrañas se extrae la célebre “Piedra de Huamanga” (debería llamarse “Piedra de Chacolla”, de Cangallo o de Chuschi) empleada para el tallado de bellas esculturas, a pocos kilómetros se llega al pintoresco Canchacancha y minutos más tarde el sonido del agua acariciando la vía nos indica que estamos en Ccotarara, para un paso más adelante divisar el hermoso pueblito de San Juan de Uchuyri, cariñosamente conocido como “Ciudad”, la bienvenida antes que su gente se lo darán los perros con sus ladridos potentes intentando quedarse con un trozo de sus neumáticos; el horizonte se vuelve exquisito y algunas curvas adelante, respirando el perfume de la “muña”, entre inmensos árboles de Eucaliptos y parcelas fecundas de formas caprichosas que albergan maizales se divisa nuestro destino y de un salto llegamos al histórico pueblo de Chuschi, “rozando” la curva de Sillaqasa. ¡Bienvenidos!!! (110 kilómetros y seis horas de viaje aproximadamente)

ALTERNATIVA 2
Otro acceso mucho más cómodo y que demanda menos tiempo tanto de Lima como de Huamanga es a través de la vía asfaltada de los Libertadores. Partimos con dirección a Lima, a hora y media de viaje tomamos el desvío hacia la izquierda cuesta arriba donde la carretera afirmada por otra dos horas más nos conducirá a Chuschi, atravesando pintorescos pueblos que bordean la carretera polvorienta, notamos con frecuencia personas dedicadas a actividades comerciales, estudiantes trasladándose presurosos a sus instituciones educativas, y solteras y solteros luciendo coloridos trajes, de sombreros bordados, ataviados con flores silvestres; destaca la ayuda extranjera a través de viviendas unifamiliares con diseños preciosos construida en su totalidad con recursos propios del lugar (adobes, tejas, maderos, etc.).

Después de haber recorrido tres horas y media arribamos a la última cumbre, que llena de nostalgia a mucha gente mayor que transitaba a pie y caballos por el camino de herradura rumbo a Huamanga, “Kimsa Cruz”, se visualiza las tres cruces que hacen honor a su nombre y enormes “Saywas” (montículos de piedras que el caminante iba construyendo, obedeciendo sus creencias). A que tener buen estomago y evitar ver los precipicios, desvíe su mirada al horizonte que ofrece grandiosos paisajes y compruebe los pisos ecológicos que Pulgar Vidal describe: Quechua, Suni y Puna; curva tras curva apreciamos las riquezas naturales del lugar y no faltará un cernícalo “Killinchu” o colibrí “Qinticha” que con su vuelo acrobático les dará la bienvenida, del desolado ichu descendemos al verdor eterno de los guindales, eucaliptos y chachas para tocar la puerta de Quispillaqta y atravesar su plazoleta para de un salto nuevamente arribar a nuestro destino por el puentecito sobre Chuschi mayu, callecitas empedradas, gente hospitalaria de sonrisa amplia estará aguardando para estrecharlo en un abrazo y contarle su historia. ¡Bienvenidos!!! (Tres horas y media de viaje desde Huamanga, aproximadamente)